La posibilidad de acceso a una vivienda dice mucho sobre la economía de un país. En ese sentido, que cumplir el sueño de la casa propia o alquilar resulte más o menos accesible dependerá de las políticas habitacionales que adopte cada Gobierno.
En ese sentido, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, Santiago Maggiotti, considera que la actual administración de Alberto Fernández y de Cristina Fernández contrasta fuertemente con la de su predecesor, Mauricio Macri. “La Argentina siempre es la misma, cambian los Gobiernos. Nuestra Constitución garantiza el acceso a una vivienda; pero un Gobierno debe poner en marcha esa letra, con diferentes programas. Hoy es la primera vez que el país cuenta con un Ministerio que se encarga de la vivienda; y es decisión política poner los recursos en la construcción de estas. No deben venir Gobiernos que creen que el mercado soluciona todo, y que si no tenés una casa se debe a que no cumplís con las condiciones de ese mercado. En la experiencia del Gobierno anterior, en muchos casos la cuota de la casa terminó siendo una complejidad”, cuestionó Maggiotti.
El funcionario visitó Tucumán para participar del Consejo Nacional del Vivienda, para inaugurar una decena de casas construidas en el marco del programa Habitar Comunidad en Ticucho, y para lanzar algunos anuncios vinculados con la futura realización de más de 320 viviendas. Estuvo acompañado por el responsable de la Unidad de Gestión de Asuntos Institucionales de la Nación de la cartera, el tucumano Hugo Cabral. Tras su arribo, Maggiotti dialogó con LA GACETA.
- ¿Cuáles son los números de la gestión, en cuanto a viviendas?
- Nosotros llevamos entregadas más de 90.000 viviendas en toda la Argentina; más de 90.000 llaves a familias argentinas desde que se inició la gestión de Alberto Fernández. Y tenemos 140.000 en construcción. Antes -sobre todo, durante el Gobierno anterior- pasaba que se construía un plan de viviendas, y si no salías sorteado quedabas desahuciado, porque no se veía más construcción. Hoy, en todas las provincias del país, se han entregado viviendas, y empieza a ser visible una política pública de que el acceso a la vivienda puede ser real, mediante los diferentes programas del Estado nacional.
- Uno de estos programas es el Habitar Comunidad, en el marco del cual se dieron 10 casas ayer en Tucumán. ¿De qué se trata?
- Cuando se creó este programa se lo pensó para comunidades rurales y para pueblos originarios, con un tipo de construcción para los casos en que no se tenía el dominio de la tierra. En muchos lados se construyeron viviendas de madera, que podían desarmarse y ser trasladadas si un día había algún problema. Pero donde se tiene saneada la cuestión dominial, el estilo de construcción y el tipo de material a utilizar lo define el Gobierno de cada provincia. Pero debe quedar en claro que nosotros eliminamos el concepto de vivienda social: en la Argentina ya no se construyen viviendas sociales, sino viviendas dignas.
- Desde que se presentan los papeles para un proyecto hasta que este se concreta pasa mucho tiempo. ¿Cómo se lidia con las cuestiones presupuestarias en un contexto de creciente inflación?
- Hay una decisión política del Gobierno -del presidente y de la vicepresidenta- de que las viviendas cuenten con los recursos necesarios para que se puedan concretar. A pesar de todo ya entregamos 90.000 llaves; y a pesar de todo tenemos 140.000 casas en construcción. Este Gobierno toma la política de vivienda como política pública. Es decisión política poner los recursos en la construcción de viviendas. Para nuestro proyecto político, para nuestra ideología, es fundamental, porque cumplimos con tres cuestiones muy importantes: primero, la familia concreta el sueño de la casa propia; segundo, se mueve la economía y se genera empleo directo e indirecto, porque a esa casa la construyen obreros, y para que se la construya alguien debió trabajar en el hierro, en el cemento, en la arena, en los cables, en la pintura; y tercero -que para nosotros, que creemos en el consumo interno, es clave-, la reactivación económica que se da.
- ¿Tienen medidos los datos sobre el déficit habitacional del país?
- No, no tenemos los números del censo, específicamente. Estimamos que rondará entre los 2 millones y los 2,5 millones. Por eso tenemos claro que esta política pública debe durar los próximos 15 o 20 años, a este ritmo de construcción de vivienda. Recién ahí vamos a ver saneada la cuestión habitacional en la Argentina. Pero no lo puede hacer el Estado solo: el Estado da el puntapié inicial, marca la política pública; después hay que encontrar diferentes mecanismos para que el sector financiero, los privados, puedan construir viviendas. Sobre todo, ver cómo se da la devolución, el pago de esta.
- ¿Cómo ven ustedes ese tema?
- Nosotros creemos en que cuando uno, como Estado, garantiza el acceso a una vivienda, esa cuota no le puede cambiar la calidad de vida a la familia. Tenemos la experiencia del Gobierno anterior; en muchos casos la cuota de la casa terminó siendo una complejidad, y por pagar ese techo una familia deja de salir el fin de semana con los hijos, deja de comprarles zapatillas; deja de hacer cosas para pagar ese techo. Nuestra fórmula de la “Casa Propia” garantiza que el porcentaje de la primera cuota no puede exceder el 25% del ingreso de la familia, y que sea el mismo a la largo de todo el período que dure el crédito, porque se va a ajustar por el índice de variación salarial.
- Habló de una política de 15 o 20 años para sanear el déficit habitacional del país; pero en la Argentina no suelen verse políticas de Estado, sino que muchas veces un Gobierno deshace o discontinúa lo que hizo el anterior.
- Eso dependerá de los argentinos. La Argentina siempre es la misma, cambian los Gobiernos. Y hay momentos en la Argentina en que se construyen viviendas, y hay momentos en los que no. Nosotros, como Gobierno, como fuerza política, creemos en garantizar la igualdad de oportunidades para todos los argentinos. Para que eso no ocurra no deben venir Gobiernos que creen que el mercado soluciona todo, y que si no tenés una casa se debe a que no cumplís con las condiciones de ese mercado. Nosotros creemos en que la rentabilidad que tenemos como Estado cuando construimos viviendas es una rentabilidad social. Y claramente para que no vuelvan esos Gobiernos los argentinos deben apropiarse de esta política pública que está pensada para todos los sectores de la economía, porque las casas se pagan.